Por todas estas ventajas medioambientales y económicas de las energías renovables, los usuarios eléctricos actuales se convertirán en prosumidores, una fusión de productores y consumidores de energía eléctrica. La integración de prosumidores en el sistema eléctrico presenta varios retos, tanto técnicos como económicos. ¿Cuál es el valor real que aportan las redes inteligentes para los consumidores / prosumidores?
En primer lugar, generación de valor económico para la propia red. La red eléctrica inteligente ofrece una manera de involucrar a clientes de manera que se utiliza su flexibilidad como un instrumento para equilibrar el consumo eléctrico sin necesidad de nuevas infraestructuras. En segundo lugar, los incentivos. Existen muchos programas de incentivos de diferentes características (energías renovables, gestión de demanda, etc.) que suponen un valor económico para los consumidores. En tercer lugar, el valor tecnológico. El almacenamiento de energía es la clave principal para la electricidad para asegurar continuidad de suministro de un sistema de generación con recursos no gestionables. La introducción de vehículos eléctricos con carga reversible (V2G) incrementa aún más la capacidad de almacenamiento de energía disponible en la red. La cuestión de la gestión del almacenamiento, a cargo de la compañía eléctrica o de los usuarios mismos, es clave para la explotación de estos sistemas, lo que nos lleva de nuevo a los incentivos y también al aspecto comunitario. En cuarto lugar, la comunidad rural. Con las tecnologías de energías renovables y redes inteligentes, las comunidades rurales, ricas en recursos, ganarán poder sustancial en el mercado. Y, por último, el valor social. En Alemania, la limitación legal de las exportaciones de generación renovable ha iniciado una nueva cooperación y compromiso social con el fin de aprovechar al máximo el recuso.
Desde el centro de innovación tecnológica CITCEA-UPC –que colabora muy estrechamente con la revista Automática e Instrumentación- se está trabajando desde hace muchos años tanto en la tecnología de convertidores, imprescindible para estas soluciones, como en las arquitecturas de redes innovadoras y modelos de negocios en estos nuevos ecosistemas. En proyectos de transferencia de tecnología se han realizado estudios sobre el vehículo eléctrico, su impacto en la red eléctrica y la construcción e integración del V2G en las redes eléctricas. Los proyectos europeos Smart Rural Grid y EMPOWER – a los que se ha dedicado uno de los artículos del dosier central de la revista de enero y que se han inicializado recientemente en este centro- permitirán poner en valor todo este potencial anteriormente mencionado.