Las perspectivas de producción en la mayor parte de los sectores industriales, con la única excepción del energético, son altamente positivas. El bajo precio del petróleo, el año electoral con una mayor predisposición política a la inversión pública, o la consolidación de tecnologías disruptivas como el Internet de las Cosas y el cloud computing serán elementos claves de una nueva competitividad.
Consulte el reportaje íntegro en el número 469 de AeI
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