Los fabricantes deben repensar las operaciones globales tras el Covid-19

Los fabricantes deben rediseñar y reformar sus cadenas de suministro globales o redes globales de producción (GPN, por sus siglas en inglés) si quieren sobrevivir y prosperar a raíz de la pandemia del Covid-19, así lo destaca un estudio de la Universidad de Birmingham publicado recientemente en la revista Tijdschrift voor economische en sociale geografie. El impacto del virus demuestra que las localizaciones globales de fabricación deben cambiar de grandes lugares de producción en una sola ubicación, como China, a numerosas instalaciones más pequeñas en todo el mundo para reducir el riesgo comercial.

La estabilidad, la confiabilidad, la resiliencia y la previsibilidad son fundamentales en el diseño de redes de producción globales que equilibran el riesgo versus la recompensa y armonizan el valor económico con los valores relacionados con la confiabilidad, la resiliencia y la ubicación.

"Existe una tensión real entre la optimización de las GPN y los riesgos que se extienden por todo el mundo. El Covid-19 es la primera vez que estas ondas han impactado en todos los países y la mayoría de las personas que viven en este planeta", explica el coautor del informe, el profesor de la Universidad de Birmingham John Bryson.

"Es lamentable que las empresas, los gobiernos y los geógrafos no hayan considerado el brote de SRAS a finales de 2002 como un banco de pruebas para desarrollar nuevos enfoques para la gestión del riesgo", apunta, recordando así que las cadenas de suministro globales y la deslocalización conllevan muchos riesgos que se han ignorado.

Los investigadores utilizaron una base de datos de 91 empresas estadounidenses para mostrar que la justificación dominante actual de la globalización no puede explicar las estrategias internacionales del 25% de estas empresas. Sin embargo, descubrieron que el coronavirus ha demostrado que las GPN más efectivas equilibran el control de costos contra el riesgo, equilibrando las instalaciones de producción en los mercados centrales contra la dependencia excesiva de las instalaciones ubicadas en ubicaciones de menor costo.

La rápida velocidad y los impactos económicos del Covid-19 han cambiado el equilibrio entre el estado, los ciudadanos y las empresas dentro de las economías nacionales. Durante la pandemia, el estado se ha involucrado en un proceso de nacionalización con su grado excepcional de apoyo para empresas y empleados, convirtiéndose en un consumidor clave y un empleador sustituto.

El informe destaca que la respuesta operativa más común entre las empresas estadounidenses a la guerra comercial entre China y Estados Unidos implicó el traslado de proveedores de China a otro país de bajo costo. Sin embargo, el impacto del coronavirus ha empujado a las empresas comenzar a desarrollar estrategias que abordan las interrupciones de la cadena de suministro: las empresas más grandes construyen cadenas de suministro regionales, se inclinan más por la tecnología para las empresas más pequeñas y se centran en la eficiencia y la resiliencia.

"La globalización no es un concepto nuevo, pero el Covid-19 ha enfatizado los riesgos asociados al aumento de la interconexión de personas y lugares a través de cambios económicos, políticos, culturales y ambientales", agrega el profesor Bryson.

"El pensamiento existente sobre el diseño de GPN minimiza los costos y maximiza el 'valor' económico en lugar de equilibrar las ganancias con la reducción del riesgo, un enfoque de alto riesgo que debe cambiar. Debemos replantear el debate sobre la globalización en torno a los beneficios y riesgos asociados con la profundización de la globalización", concluye.