La protección y el control de la información serán un factor estratégico, económico y geopolítico clave durante el próximo 2026, según el análisis de tendencias realizado por Object First.
El avance del cloud y la adopción masiva de la IA están redefiniendo el valor del dato y la principal cuestión estará en quién controla el acceso a la información, más que en cómo se procesa esta.
Por tanto, según las predicciones de la compañía, la soberanía de los datos se convertirá en una palanca de poder empresarial y nacional, dejando de ser una obligación técnica o de cumplimiento normativo para transformarse en una. Con las crecientes tensiones globales y la dependencia histórica de infraestructuras foráneas, muchas organizaciones europeas privilegiarán servicios de nube y almacenamiento bajo etiquetas como cloud fiable o datos soberanos.
El Digital Sovereignty Summit celebrado en Berlín en noviembre, que reunió a más de 900 líderes institucionales, industriales y académicos, confirmó esta necesidad de un ecosistema europeo de cloud y datos más resiliente y menos dependiente de proveedores no europeos.
Tras la explosión inicial de los grandes modelos, 2026 marcará la transición hacia la IA generativa de confianza, alojada en entornos locales o infraestructuras europeas certificadas.
“Estamos viendo un alejamiento claro de las arquitecturas abiertas y descontroladas”, explica Daniel Fried, vicepresidente senior EMEA de Object First. “Las organizaciones quieren modelos de IA que sean trazables, éticos, compatibles con la normativa europea y, sobre todo, seguros frente a fugas o alteraciones de datos sensibles”.
Los proyectos de IA soberana, tanto nacionales como paneuropeos, se multiplicarán, impulsados por proveedores cloud de confianza y por los reguladores. El enfoque se traslada a una IA rastreable, ética y regulada, coherente con la estrategia europea de soberanía digital.
Regulaciones como DORA, NIS2, Data Act y Cyber Resilience Act serán el marco que definirá cómo se gestionan, protegen y auditan los datos en Europa.
“Europa está dejando de ser el continente lento para convertirse en el continente de la seguridad razonada”, destaca Fried. “Estas normativas no frenan la innovación, la ordenan y la hacen confiable”.
Las empresas invertirán en mapeo de datos, trazabilidad avanzada, copias de seguridad inmutables y flujos de datos transparentes, para demostrar un control de principio a fin. El objetivo es anticipar las amenazas, asegurar un control extremo (end-to-end) de sus entornos y reducir tanto la exposición a ciberataques como la dependencia de proveedores externos.
La idea de un cloud universal está en retroceso. Para 2026, muchas organizaciones, especialmente en sectores regulados como finanzas, sanidad o sector público, adoptarán arquitecturas multicloud soberanas e híbridas, combinando nubes públicas internacionales, proveedores europeos y centros de datos internos, para mantener el equilibrio entre innovación, agilidad y control sobre los datos críticos.
De esta forma, el cloud deja de ser un fin en sí mismo y se convierte en un ecosistema segmentado, regulado y con soberanía del dato como premisa.
Para Object First, el próximo año supondrá un punto de inflexión en la forma en que Europa (y las organizaciones europeas) gestionan, protegen y valoran sus datos. La soberanía del dato ya no es opcional, es una condición estratégica. Las empresas, gobiernos e instituciones que acometan de inmediato su transformación digital bajo estos principios estarán mejor posicionadas en un mundo donde quien controla los datos, controla el poder.
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