Lejos de ser un hobbie, el movimiento maker es la señal inequívoca que nos encontramos ante una nueva era industrial. La pérdida del monopolio de la producción y la innovación por parte de las grandes organizaciones promete cambiar para siempre las reglas del juego económico. La clave para su consolidación: que el maker vaya más allá del producto para centrarse en los servicios y que se generen nuevos espacios para el intercambio y la iteración.
Consulte el reportaje íntegro en el número 486 (septiembre)
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Favorecido por su apuesta por sectores estratégicos como tecnología, ingeniería y energías renovables
“La química es el motor de la transición energética y de la economía circular”
Las nuevas regulaciones definirán cómo se gestionan, protegen y auditan los datos en Europa
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