El Controlador Lógico Programable (PLC) surgió a finales de la década de 1960 como una evolución de los sistemas de control basados en relés cableados. Dick Morley es considerado el pionero y gran impulsor de esta tecnología. Las primeras unidades estaban destinadas a la industria del automóvil, y ejecutaban lógica digital básica, replicando los sistemas de relés a los que sustituían. Con el tiempo, los PLCs integraron señales analógicas y expandieron gradualmente sus funcionalidades. Su adopción aumentó exponencialmente a partir de mediados de los años 80, con la aparición de las primeras redes de comunicaciones industriales -en especial Ethernet- y la incorporación de los ordenadores a los procesos de fabricación.
Ya en el siglo XXI, la mayoría de los PLCs se han transformado en Controladores de Automatización Programables (PAC). Estos dispositivos presentan arquitecturas más abiertas, mayor capacidad de procesamiento, más memoria, y manejan varias disciplinas de control simultáneamente. Además, han ampliado sus capacidades de comunicación y utilizan diversos lenguajes de programación, más allá del clásico lenguaje de escalera.
Actualmente, los PACs siguen progresando e incorporando nuevas capacidades. Algunas de sus tendencias más destacadas son:
Los PACs atraviesan un momento muy favorable, impulsados por avances tecnológicos constantes. Aunque ya ofrecen capacidades notables, su evolución e incorporación de innovaciones continúa. Además, la creciente demanda de integración de la información los acercará progresivamente a los computadores industriales, ampliando aún más su potencial.
Antoni Rovira
Manager de Software y Control en Rockwell Automation Iberia
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Este artículo aparece publicado en el nº 564 de Automática e Instrumentación pág 11.
Son dos de los principales retos del sector
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