En el contexto actual de la Industria 4.0, los sistemas SCADA han dejado de ser simples herramientas de supervisión para convertirse en piezas clave dentro de las estrategias de digitalización industrial. Su evolución ha sido impulsada por tecnologías como la computación en la nube, la analítica en el edge, la adopción de estándares abiertos y una integración cada vez más fluida entre los entornos IT y OT. Gracias a estos avances, los SCADA modernos ofrecen mucho más que control y monitorización: permiten una visualización avanzada de procesos, control remoto en tiempo real y una mejora sustancial en la eficiencia operativa. En definitiva, se han consolidado como una base tecnológica imprescindible para la toma de decisiones basada en datos. En el siguiente artículo, analizamos en profundidad los últimos avances de estos sistemas con varios expertos en la materia.
1. ¿Cómo ha cambiado el papel de los sistemas SCADA en la transición hacia una industria más digital y orientada al dato?
2. ¿Qué ventajas aporta la integración entre IT y OT en los entornos SCADA modernos, y qué retos implica esta convergencia?
3. ¿Es ya una realidad posible que los SCADA trabajen en la nube y se apoyen en analítica local en el edge?
4. ¿Qué criterios deben tener en cuenta las empresas a la hora de modernizar sus sistemas SCADA para alinearse con los principios de la Industria 4.0?
5. ¿Qué características de nueva generación incluyen sus productos?
1. Cuando hablamos del cambio, debemos destacar que la transformación digital ha pasado de ser un proyecto de TI a una estrategia central de toda la organización. Hoy la tecnología no se aborda como una herramienta aislada, sino como un ecosistema integrado e inteligente: motor de competitividad, eficiencia y sostenibilidad.
Históricamente, los SCADA fueron sistemas diseñados para monitorizar y ejecutar procesos en tiempo real: robustos, pero cerrados, pensados para entornos locales y con un alcance muy limitado. Hoy, las organizaciones buscan algo más: quieren planificar mejor, analizar tendencias, optimizar sus operaciones, mantener activos de forma predictiva y trabajar con más eficiencia. Para responder a esa necesidad, se están incorporando cada vez más soluciones de software: no hablamos de dos o tres, sino de 20, 30, 40… o incluso más.
En este nuevo contexto, los SCADA se convierten en el centro neurálgico de la integración industrial: conectando soluciones, dispositivos, plataformas y personas para generar una visión unificada de las operaciones, transformando los datos en información útil y rentabilizar de esta forma las inversiones en software. Este enfoque de control holístico supera al SCADA tradicional: ya no se trata solo de mostrar información, sino de estructurarla, enriquecerla y ponerla a disposición de distintos perfiles de la organización.
Aquí entra un punto fundamental: la sostenibilidad. Gracias a la forma en que los SCADA modernos estructuran los datos, las empresas pueden medir consumos energéticos en detalle, analizar la eficiencia de sus activos y reducir pérdidas. La interfaz no solo muestra que un motor está funcionando, también indica si lo hace en condiciones óptimas o si está consumiendo más de lo esperado. Esto permite actuar rápido, ahorrar costes y reducir la huella de carbono. En definitiva, las empresas ya no solo buscan producir más y más barato, también tienen que producir de manera más responsable. Los SCADA modernos ayudan a optimizar el uso de recursos, extender la vida útil de los activos y minimizar residuos. Y en muchos casos, esa capacidad de medir y analizar en detalle los datos operativos es lo que permite a las organizaciones demostrar sus avances en sostenibilidad y cumplir con normativas cada vez más exigentes.
2. Si antes comentábamos que la transformación digital empieza donde nace el dato, el siguiente paso natural es lograr que ese dato —generado en el Edge— fluya de forma eficiente y segura hacia el mundo de IT. En otras palabras, estamos ante la convergencia entre OT e IT, donde el dato operacional deja de estar aislado en la planta y se convierte en un activo estratégico para toda la organización.
Imagina que entramos juntos en una planta industrial. Lo primero que ves es la sala de control: múltiples pantallas con gráficos de producción, alarmas de equipos y flujos de procesos en tiempo real. Los ingenieros de operaciones monitorizan cada detalle para asegurar que todo funcione a la perfección. Sin embargo, uno de los principales retos para los operadores industriales surge cuando quieren compartir datos con distintos socios tecnológicos.
En este contexto, los sistemas SCADA modernos aportan ventajas diferenciales frente a los SCADA tradicionales. Mientras que muchos de estos últimos solo entregan tags planos sin contexto, los clientes demandan hoy que el SCADA esté basado nativamente en ISA-95 y en un modelo de objetos que aporte jerarquía, semántica y contextualización desde el origen. Esto permite que la información generada en planta no solo se envíe, sino que viaje con significado hacia los sistemas de negocio. Además, existe una demanda creciente de que los SCADA cuenten con integración nativa con MQTT y Sparkplug B, el estándar más extendido para UNS, así como con conexión directa a plataformas IIoT o nubes industriales como CONNECT. En comparación, los SCADA tradicionales suelen requerir gateways externos o desarrollos adicionales para alcanzar un nivel similar de interoperabilidad.
3. Hoy, aprovechar la nube en operaciones industriales representa una evolución natural: combinar la analítica y el control en el Edge con la potencia de la nube, porque permite mantener el control crítico cerca del proceso, garantizando baja latencia y resiliencia.
Durante décadas, la ejecución on-premise ha sido la norma debido a requisitos críticos de baja latencia y alta disponibilidad. Los sistemas de control industrial necesitan reaccionar en milisegundos ante cualquier cambio en el proceso: por ejemplo, ajustar automáticamente la presión de un compresor, regular un lazo de control de temperatura o responder inmediatamente ante una alarma de seguridad. Incluso retrasos muy pequeños pueden provocar paradas inesperadas o riesgos de seguridad. Además, las plantas deben poder operar de forma independiente si la conexión a Internet falla. Por ello, históricamente la nube no era una opción para el control en tiempo real.
Hoy, sin embargo, el escenario ha evolucionado: la nube se convierte en un habilitador donde es posible centralizar la información procedente de distintas plantas, aplicar analítica avanzada con inteligencia artificial y Machine Learning, y ofrecer cuadros de mando accesibles desde cualquier lugar. Por eso, las soluciones que no requieren control en tiempo real, como visualizaciones avanzadas y paneles corporativos, analítica histórica o colaboración remota pueden ejecutarse de manera nativa en la nube como SaaS.
Esta centralización de múltiples plantas donde aplicar algoritmos para análisis predictivo o de eficiencia permite facilitar que los equipos accedan a la operación desde cualquier lugar de forma segura y colaborativa y compartir datos con otras áreas de la organización o incluso con terceros, fomentando la colaboración y la movilidad. Un ejemplo típico se da en compañías con múltiples plantas: un Centro de Control Unificado aprovecha las aplicaciones locales y en la nube para reunir datos de ingeniería, HMI/SCADA, financieros y de terceros en una visualización de una o varias pantallas. Esto ayuda a garantizar el cumplimiento normativo, mantener el tiempo de actividad operativa, mitigar los costes operativos y gestionar la complejidad de sus datos.
Es cierto que hay casos, cuando se requiere un mayor control sobre la operación o flexibilidad para escalar, el SCADA puede desplegarse en entornos de infraestructura como servicio (IaaS). Esto permite replicar entornos de forma remota o unificar la infraestructura de varias plantas sin perder control sobre la operación. Las ventajas son claras: se mantiene el control completo de la operación crítica, se gana resiliencia con redundancia y disponibilidad cloud, y se simplifica la gestión de la infraestructura, liberando recursos internos de IT.
Todo este enfoque se integra en lo que llamamos plataforma industrial en la nube, un ecosistema que unifica control, datos y analítica, y que asegura que la operación siga siendo segura y resiliente mientras se aprovecha la escalabilidad y movilidad de la nube.
4. Con la Industria 4.0, las empresas se enfocan en la automatización y digitalización de procesos mediante tecnologías habilitadoras: Inteligencia Artificial y Machine Learning, Big Data y Analytics, IoT, Computación en la Nube, Ciberseguridad, Robótica Avanzada, Realidad Virtual y Gemelos Digitales, con el objetivo de incrementar la eficiencia y los beneficios.
En cambio, la Industria 5.0 busca ir más allá: no solo generar rentabilidad, sino también poner en el centro al planeta y a las personas, impulsando la sostenibilidad y fomentando la colaboración entre máquinas y seres humanos, así como entre las propias personas.
Cuando una empresa se plantea modernizar su sistema SCADA para alinearse con los principios de la Industria 5.0, no está simplemente actualizando una herramienta tecnológica: está redefiniendo su manera de operar y de generar valor. Los criterios clave van mucho más allá de la supervisión y el control básico.
En primer lugar, la interoperabilidad es esencial. Hoy, más del 70 % de las organizaciones industriales conviven con múltiples sistemas heredados que no “hablan” entre sí, generando silos de datos y dificultando la visibilidad global. Un SCADA moderno debe ser abierto, basado en estándares y capaz de integrarse con MES, ERP, IoT o incluso plataformas cloud. Esto evita depender de un solo proveedor (vendor lock-in) y favorece ecosistemas más sostenibles y colaborativos.
La ciberseguridad es otro pilar. Según la consultora Dragos, en 2024 los ataques dirigidos a infraestructuras industriales crecieron un 35 %. Esto demuestra que un SCADA moderno debe incorporar seguridad “by design”: autenticación robusta, cifrado de extremo a extremo y monitoreo continuo para proteger tanto los datos como la continuidad operacional. Los mecanismos de autenticación, encriptación y control de accesos son fundamentales en un entorno conectado y abierto, propio de la colaboración en la Industria 5.0.
La analítica avanzada también marca la diferencia. Ya no basta con visualizar alarmas en tiempo real; las compañías buscan anticiparse a fallas, reducir tiempos de parada y mejorar su OEE. Estudios de McKinsey muestran que las empresas que aplican analítica predictiva logran hasta un 20 % menos en costes de mantenimiento y un 10 % más en disponibilidad de activos. De esta forma, al facilitar el intercambio de información, por ejemplo, entre sistemas energéticos, productivos y logísticos, se pueden optimizar recursos, reducir consumos y mejorar el impacto ambiental.
Otro criterio fundamental es la arquitectura híbrida. Las operaciones críticas deben permanecer en el edge para asegurar latencias en milisegundos y continuidad incluso sin conexión a Internet. Pero la nube se convierte en el espacio ideal para consolidar datos, aplicar inteligencia artificial y habilitar cuadros de mando corporativos que comparan plantas y regiones. En lugar de mantener servidores físicos propios, que consumen energía incluso en momentos de baja demanda, la nube permite compartir infraestructura y ajustar la capacidad según necesidad (elasticidad), reduciendo el consumo energético y la huella de carbono.
Como conclusión, los criterios para modernizar un SCADA en la era de la Industria 5.0 van desde la interoperabilidad, la seguridad y la analítica avanzada hasta la capacidad de integrar edge y cloud en una misma estrategia. Pero el factor más importante es elegir un socio tecnológico que asegure el éxito del viaje digital, acompañando a la empresa en cada paso y reduciendo riesgos.
Con Aveva y Schneider, las compañías no solo modernizan su SCADA: transforman su manera de competir en el mercado, logrando que sostenibilidad, personas y tecnología trabajen juntas.
5. En Aveva buscamos ayudar a las organizaciones a ganar agilidad y resiliencia a través de la inteligencia operativa. Para lograrlo, unificamos datos procedentes de miles de activos y sistemas, tanto de OT como de IT, en un único entorno confiable. Esto permite a las empresas pasar de una respuesta reactiva a los eventos a una gestión predictiva y a la optimización de resultados futuros.
Nuestra visión está alineada con la idea de que el futuro no consiste en ofrecer software aislado, sino en proporcionar una plataforma que sea el motor de toda la economía de datos industriales.
Queremos ser el socio estratégico que acompañe a las empresas en su transformación, impulsando un ecosistema conectado en el que los datos y la inteligencia artificial faciliten un crecimiento sostenible y responsable.
En este sentido, contamos con una amplia gama de soluciones SCADA adaptadas a distintas necesidades, ofreciendo flexibilidad según el tipo de operación y la escala del proyecto, como por ejemplo: Aveva System Platform, una plataforma escalable que integra HMI, SCADA, MES y analítica de datos, ideal para operaciones de gran envergadura; Plant SCADA, enfocada en plantas individuales, con rápida implementación y gestión eficiente de alarmas; y Enterprise SCADA, concebida para entornos distribuidos y de alta criticidad, como midstream o grandes redes.
Uno de los grandes retos que tenemos al gestionar múltiples sistemas SCADA es determinar qué características deben ser específicas de cada entorno y cuáles conviene mantener consistentes para ofrecer una experiencia eficiente y homogénea.
1. Como dijo Albert Einstein, ‘Si quieres conocer el futuro, mira al pasado’. Los orígenes del SCADA están en la introducción del GUI (Interfaz Gráfica de Usuario) por Xerox PARC en California en 1973. La habilidad de interaccionar con un ordenador por medio de una pantalla y ratón revolucionó su uso en los 80, abriendo el camino hacia la presentación de datos de forma gráfica y enviando comandos y valores a un programa por selección de objectos gráficos. En 1995, Microsoft introdujo Windows 3.0 con procesamiento multitarea y CUA que simplificó el control de tarjetas gráficas. Esto facilitó a la primera generación de productos de software comerciales HMI (Interfaz Hombre Máquina) a evolucionar hacia el producto SCADA. El SCADA adelantó al mercado de software añadiendo lo que el ordenador personal todavía no tenía, pero que con el tiempo tendría como estándar o por un precio inferior.
Pero como es habitual, con el poder vino el abuso del mismo. Políticas como el cobro de licencias por cada ordenador, actualizaciones, licencias anuales, los costes de soporte, formación, y lo más engañoso, el cobro por cada registro leído desde un PLC y por cada registro creado en su propia base de datos. A partir del 2000, los clientes de SCADA empezaron a darse cuenta de que algo iba mal y que los SCADAs ya no eran como antes. Sus costes superaban los de los PLCs y sus controladores, y el software era cada vez más fangoso. La industria I.T. y las empresas especializadas en software estaban en auge, mejorando y abaratando sus productos. Cosas como la visualización gráfica, adquisición, almacenaje y comunicación por red dejaron de ser novedosas. Mientras tanto, el mundillo SCADA siguió a lo suyo. Protocolos, comunicaciones, bases de datos y redes propietarias y un cliente cautivo pagando para una falta de interoperabilidad y productos estancados. Y como culminación, la emergencia de las tecnologías de Internet.
En 2005, llegó el momento en el cual los dueños de estas empresas decidieron que era ocasión perfecta para vender. Internet ya era una realidad, y el SCADA en su estado entonces, tenía sus días contados. Era mejor dejar los problemas de soporte, obsolescencia, costes asociados y el diseño de una próxima generación de software a otros. ¿Pero a quién les interesó comprar? La respuesta: a los fabricantes de sistemas DCS y PLCs. Los mismos que se han pasado décadas criticando SCADAs, pero ahora tenían la necesidad urgente de compensar la caída de precios de su hardware y convertir a expertos de software Windows.
Todo esto nos lleva hasta la década actual, con la mayoría de los productos SCADA ahora en manos de los grandes de automatización e instrumentación. Unos compraron por necesidad, otros para quitar competencia, otros por el negocio de la base instalada y otros para introducir sus propias tecnologías. Pero todos enfrentando el mismo desafío: sacar suficiente dinero de la base instalada para modernizar productos diseñados en tecnologías ya obsoletas o desarrollar nuevas plataformas desde cero que permitan transaccionar mejor la industria hacia la digitalización, basándolo en tecnologías estándar en el mundo de I.T. Como dijo Albert Einstein, ‘Si quieres conocer el futuro, mira al pasado’.
Los orígenes del SCADA están en la introducción del GUI (Interfaz Gráfica de Usuario) por Xerox PARC en California en 1973. La habilidad de interaccionar con un ordenador por medio de una pantalla y ratón revolucionó su uso en los 80, abriendo el camino hacia la presentación de datos de forma gráfica y enviando comandos y valores a un programa por selección de objectos gráficos.
En 1995, Microsoft introdujo Windows 3.0 con procesamiento multitarea y CUA que simplificó el control de tarjetas gráficas. Esto facilitó a la primera generación de productos de software comerciales HMI (Interfaz Hombre Máquina) a evolucionar hacia el producto SCADA. El SCADA adelantó al mercado de software añadiendo lo que el ordenador personal todavía no tenía, pero que con el tiempo tendría como estándar o por un precio inferior.
Pero como es habitual, con el poder vino el abuso del mismo. Políticas como el cobro de licencias por cada ordenador, actualizaciones, licencias anuales, los costes de soporte, formación, y lo más engañoso, el cobro por cada registro leído desde un PLC y por cada registro creado en su propia base de datos. A partir del 2000, los clientes de SCADA empezaron a darse cuenta de que algo iba mal y que los SCADAs ya no eran como antes. Sus costes superaban los de los PLCs y sus controladores, y el software era cada vez más fangoso.
La industria I.T. y las empresas especializadas en software estaban en auge, mejorando y abaratando sus productos. Cosas como la visualización gráfica, adquisición, almacenaje y comunicación por red dejaron de ser novedosas. Mientras tanto, el mundillo SCADA siguió a lo suyo. Protocolos, comunicaciones, bases de datos y redes propietarias y un cliente cautivo pagando para una falta de interoperabilidad y productos estancados. Y como culminación, la emergencia de las tecnologías de Internet.
En 2005, llegó el momento en el cual los dueños de estas empresas decidieron que era ocasión perfecta para vender. Internet ya era una realidad, y el SCADA en su estado entonces, tenía sus días contados. Era mejor dejar los problemas de soporte, obsolescencia, costes asociados y el diseño de una próxima generación de software a otros. ¿Pero a quién les interesó comprar? La respuesta: a los fabricantes de sistemas DCS y PLCs. Los mismos que se han pasado décadas criticando SCADAs, pero ahora tenían la necesidad urgente de compensar la caída de precios de su hardware y convertir a expertos de software Windows. Todo esto nos lleva hasta la década actual, con la mayoría de los productos SCADA ahora en manos de los grandes de automatización e instrumentación. Unos compraron por necesidad, otros para quitar competencia, otros por el negocio de la base instalada y otros para introducir sus propias tecnologías. Pero todos enfrentando el mismo desafío: sacar suficiente dinero de la base instalada para modernizar productos diseñados en tecnologías ya obsoletas o desarrollar nuevas plataformas desde cero que permitan transaccionar mejor la industria hacia la digitalización, basándolo en tecnologías estándar en el mundo de I.T.
2. La integración entre IT y OT en los entornos SCADA modernos facilita una plataforma común que obliga a trabajar a tres partes de la empresa tradicionalmente separados de manera conjunta, siendo Producción, Ingeniería/Mantenimiento y Administración de I.T. que antes casi hablaban en diferentes lenguajes. Los SCADAs de última generación están basados en las tecnologías de Internet, que dominan “los de I.T.” y tienen que responsabilizarse de la infraestructura de red necesaria y su mantenimiento aplicando sus conocimientos y herramientas existentes.
Los nuevos SCADAS ya actúan como pasarelas, donde cualquier aplicación de software empresarial acreditada puede acceder a datos de producción en tiempo real, sin tener que preocuparse por marcas, controladores, buses, protocolos y redes industriales.
La capacidad de los SCADAs modernos de obtener datos, ya supera su habilidad de almacenarlos localmente de forma manejable. Es lógico introducir el almacenamiento en la nube para una mejor toma de decisiones, que en sí es un reto, pero es necesario. Por primera vez, se permite la homologación de datos y el acceso a una única fuente verídica (SSOT) del dato, sin repositorios intermediarios o bases de datos desactualizadas. Se permite la conexión fácil de sistemas ERP, CRM y herramientas adicionales de análisis, para una mejor toma de decisiones, extendiendo la inteligencia de gestión de negocios por toda la empresa.
3. No es una teoría ni ciencia ficción, ahora hay fabricantes que ofrecen productos de software para implementar esto. Se trata de emplear los estándares de internet para extender la conexión Ethernet TCP/IP y llegar a los nodos servidores del SCADA ubicados en la nube. Con seguridad y fiabilidad, por supuesto. La clave para implementar un sistema de control SCADA basado en la nube, está en la potencia de los nodos EDGE, que realmente limitan como cualquier aplicación, incluyendo si el SCADA puede acceder o pedir del proceso. Quienes están implementando esta arquitectura son las multinacionales, con fábricas distribuidas en diferentes países, y para quienes el SCADA está trabajando a un nivel global como un único sistema. En este caso es hasta lógico que el software SCADA esté ubicado en la nube para simplificar comunicaciones y seguridad.
En cualquier implementación, la pregunta debe ser la misma de siempre. ¿Qué pasa si se corta la comunicación entre el controlador y el SCADA? La respuesta es la misma de siempre: ubicar cualquier funcionalidad necesaria para garantizar el control, seguridad y funcionamiento de la máquina o proceso asociado en un controlador industrial, que tiene su hardware, CPU y sistema operativo diseñado para este propósito. El SCADA sigue siendo totalmente válido para el Control de Supervisión, el término de su acrónimo. Inductive Automation ya ofrece Ignition ICE (Ignition Cloud Edition) donde el SCADA reside en la nube comunicando, siendo alimentado por nodos colectores de Ignition EDGE en instalaciones remotas vía conexiones VPN. Lo novedoso en este caso es, que mientras los SCADAs clásicos cobran por licencias para sus módulos de funcionalidad y opcionalmente por el número de dispositivos, puntos de datos y usuarios conectados, ICE se cobra por hora de uso con facturación mensual.
Se firma un contrato con el proveedor de Cloud, que ofrece el SCADA como un servicio más de su catálogo. Para el cliente, es el coste de un servicio necesario para fabricar y vender sus productos, igual que la factura de luz o telefonía. El modelo es el preferido por los financieros por su habilidad de asignarse como coste de operación OpEx y no clasificarlo como una inversión CapEx, que muchas veces es imposible de justificar. También evita cualquier aumento en recursos informáticos para su soporte.
4. Dejo los criterios obvios, por un lado, pero ofrezco otros, menos obvios, pero igualmente importantes. Mi consejo para cualquier cliente es, asegurar que su sistema SCADA sea instalable bajo múltiples sistemas operativos o por lo menos los nodos servidores y que el sistema permita ser respaldado por cualquier base de datos moderna. Productos dependientes de Microsoft Windows y sobre niveles específicos van a ser más difíciles de soportar en un futuro próximo. El soporte de seguridad para Windows 10 finaliza oficialmente en octubre 2025. Si no se actualizan los sistemas actuales a Windows 11 y probablemente cambiando el hardware también, se deja el SCADA abierto y vulnerable a ciberataques.
Los clientes industriales cansados de esta política, están migrando sus servidores y bases de datos hacia Linux, para tener una plataforma más controlable y alineada con sus necesidades industriales.
Por eso, es importante asegurarse de que el fabricante de SCADA ofrece instalables para Windows, Linux, macOS y hasta plataformas Cloud. No es decir que el cliente va a migrar desde Windows mañana. Pero significa seriedad y responsabilidad por parte del fabricante y una garantía de que su software se ha desarrollado con tecnologías web, permitiéndolo funcionar en cualquier sistema operativo actual o futuro. Hay sistemas SCADAs comerciales, atrapados en Windows 10, 8, 7 (o incluso en algunos casos XP). Están básicamente obsoletos, en peligro con respecto a ciberseguridad y no son aptos para proyectos de Industria 4.0. Otra consideración importante para tener en cuenta con la plataforma SCADA, es su soporte para OPC-UA nativo, tanto como servidor como cliente, o que se puede añadir a un coste razonable. Hay sistemas en el mercado que solamente permiten el uso de OPC clásico y drivers obsoletos que obliga a mantener estándares viejos de Microsoft. OPC-UA es el comodín que permite migrar sistema actuales hacia SCADAs modernos.
Finalmente, no puedo reiterar lo suficiente la importancia de soporte especializado para proyectos de Industria 4.0, en donde un SCADA moderno es una pieza fundamental. Pero las empresas deben estar pensando en quién va soportar estos sistemas. Lejos quedan los días cuando cualquiera de mantenimiento o ingeniería con un interés en informática podía instalar y mantener el sistema SCADA en su fábrica. Hoy en día, estas plataformas requieren una especialización brutal y experiencia continua para estar al día con lo que los fabricantes están continuamente cambiando o añadiendo. No es fácil encontrar especialistas en el mercado laboral y hay que pagarles notablemente más que antes simplemente parta mantenerles. Aparte de los conocimientos habituales de proceso, control, automatización y sistemas SCADA, se supone que el ingeniero de SCADA debe tener conocimientos de sistemas operativos, redes Ethernet TCP/IP, ciberseguridad, autentificación, y programación en lenguajes modernos como Python o JavaScript para hacer scripting.
5. Tradicionalmente, cada fabricante de software SCADA, incluía pesados lenguajes para programar sus productos. Aunque existen diferencias, se ha estandardizado el uso de C, JavaScript y Python para scripting, creación de objectos y customización de la funcionalidad del proyecto. Esto es importante para el soporte de estos sistemas y reduce el tiempo de aprendizaje para ingenieros con experiencia de otros SCADAs modernos. Los SCADAs siempre han implementado soluciones propietarias para su seguridad. Pero ahora que el SCADA funciona como parte de la red informática y hasta permite conexión a internet, incorpora los mismos estándares de seguridad de Internet utilizados por el comercio electrónico, transacciones bancarias y gubernamentales, el soporte para el estándar OAuth 2.0 y el soporte para proveedores de identidad para acreditar y controlar usuarios del sistema.
Lo que predomina en los nuevos SCADAs es el uso de pasarelas EDGE industrial, instaladas en planta, siendo la barrera o límite de responsabilidad de la conexión I.T. e Internet. El EDGE puede ser un software en un PC o una solución de hardware, pero su función es de homogeneizar datos industriales, haciendo desaparecer las diferencias y complicaciones causadas por diferentes proveedores industriales, dejando el dato en formatos que entiendan los sistemas informáticos.
Finalmente, mientras que OPC-UA sigue siendo una solución para intercambiar datos entre SCADAS y controladores en la red industrial, es evidente que no es un estándar I.T. y no es fácil implementarlo en la infraestructura de redes I.T o en Internet. Para esto los sistemas SCADA modernos están incluyendo soporte para MQTT, el estándar de facto para la transferencia de datos en Internet y la definición de MQTT payloads con Sparkplug.
1. Históricamente, los SCADA estaban concebidos casi en exclusiva como herramientas de supervisión y control en tiempo real de la planta. En la actualidad, aunque esta función sigue siendo esencial, su alcance se ha ampliado de forma significativa. Hoy en día son capaces de integrarse con plataformas MES, ERP o soluciones en la nube, de modo que la información operativa que gestionan impacta directamente en la toma de decisiones empresariales. Además, sus arquitecturas están evolucionando desde entornos propietarios o aislados hacia modelos más abiertos, basados en APIs y protocolos estándar (OPC UA, MQTT, etc.), lo que favorece la interoperabilidad. Este escenario, sin embargo, exige que los SCADA incorporen políticas y mecanismos avanzados de ciberseguridad (segmentación de redes, autenticación, cifrado, entre otros) para proteger los activos críticos.
2. La integración entre IT y OT aporta ventajas muy relevantes: permite aprovechar los datos de planta en tiempo real para mejorar la eficiencia operativa, optimizar el uso de la energía, habilitar modelos predictivos y, en definitiva, conectar la operación con la estrategia empresarial. Gracias a esta convergencia, las compañías pueden tomar decisiones más rápidas y basadas en información fiable, creando una visión integral del negocio.
Sin embargo, este proceso también implica retos significativos. El primero es la ciberseguridad: al abrir los sistemas de control a entornos más conectados, se amplía la superficie de ataque y resulta imprescindible adoptar políticas sólidas de protección. A ello se suman otros desafíos, como definir estándares y marcos de gobernanza de los datos, asegurar su calidad y establecer con claridad la propiedad de la información. Finalmente, la convergencia IT/OT exige cambios culturales y organizativos: alinear equipos con perfiles y lenguajes distintos, y crear una colaboración fluida entre ambos mundos. Superar estos retos no es trivial, pero cuando se consigue, el impacto sobre la competitividad y la sostenibilidad de la empresa es enorme.
3. Sí, es una realidad, aunque no necesariamente una necesidad en todos los casos. La misión principal de los SCADA sigue siendo la de proporcionar funciones de supervisión y control local, es decir, directamente en la máquina, línea o planta. Si el objetivo es controlar dispositivos, hacerlo desde la nube presenta limitaciones, entre ellas la exigencia de políticas de ciberseguridad mucho más estrictas. En este sentido, lo más lógico es que las plataformas en la nube (habitualmente en formato SaaS) se encarguen del análisis de los datos —de manera similar a las soluciones de inteligencia de negocio—, mientras que los dispositivos y aplicaciones en el edge asumen la adquisición y el procesamiento inmediato de la información. En cualquier caso, las necesidades varían según la organización, por lo que cada arquitectura y propuesta de solución debe evaluarse de forma específica.
4. Lo primero es tener claro para qué se moderniza el SCADA, es decir, identificar los casos de uso que realmente van a aportar valor al negocio. No se trata de implantar tecnología por tendencia, sino de enfocarse en lo que permita ser más eficiente, flexible o sostenible. A partir de ahí, conviene fijarse en algunos criterios básicos: que la arquitectura sea abierta y fácil de integrar con otras plataformas, que el sistema pueda escalar con el tiempo sin rehacerse de cero, que incorpore la ciberseguridad desde el diseño, y que ofrezca herramientas que faciliten tanto la operación como el análisis de datos. Además, cada vez pesa más que la modernización esté alineada con objetivos de sostenibilidad y ahorro energético.
En resumen, modernizar un SCADA no es solo una decisión tecnológica, es una manera de preparar la planta para un futuro más conectado y competitivo.
5. Nuestros sistemas SCADA de última generación están diseñados para responder a las exigencias de la Industria 4.0 combinando flexibilidad, interoperabilidad y escalabilidad. Algunas de las capacidades más destacadas incluyen:
Entre otras muchas funcionalidades orientadas a mejorar la eficiencia operativa, facilitar el análisis de datos y acelerar la toma de decisiones basada en información contextualizada.
1. Históricamente, los sistemas SCADA se centraban en la visualización y el control de procesos en tiempo real. Sin embargo, en la era digital, su papel ha evolucionado hacia la gestión del dato como activo estratégico. Hoy, SCADA no solo supervisa, sino que captura, analiza y distribuye información crítica para la toma de decisiones. DeltaV SCADA se integra con arquitecturas digitales que permiten contextualizar datos, identificar patrones y optimizar procesos mediante inteligencia artificial y aprendizaje automático.
2. La integración entre tecnologías de la información (IT) y tecnologías operativas (OT) es uno de los pilares de la Industria 4.0. En los entornos SCADA modernos, esta convergencia permite:
No obstante, también implica retos como la gestión de redes híbridas, la compatibilidad entre protocolos y la necesidad de equipos multidisciplinares. DeltaV aborda estos desafíos con soluciones que garantizan la integridad de los datos, la seguridad multicapa y herramientas de diagnóstico inteligente.
3. La respuesta es clara: ya es una realidad. Los sistemas SCADA actuales permiten arquitecturas híbridas donde el control y la supervisión se mantienen localmente (edge), mientras que el análisis avanzado, el almacenamiento y la visualización se escalan en la nube. Esta combinación ofrece:
DeltaV SCADA habilita esta arquitectura híbrida, permitiendo que la analítica en el edge responda en tiempo real, mientras que la nube potencia la inteligencia colaborativa y el aprendizaje continuo.
4. Para alinear sus sistemas SCADA con los principios de la Industria 4.0, las empresas deben considerar los siguientes criterios:
DeltaV SCADA ofrece una arquitectura modular que permite esta evolución sin comprometer la operación actual, facilitando una transición segura y eficiente.
5. Los productos DeltaV SCADA incorporan funcionalidades que responden a las demandas de la industria moderna:
Estas características posicionan a DeltaV como una solución robusta, flexible y preparada para liderar la transformación digital en entornos industriales exigentes.
1. Los sistemas SCADA mantienen sus funcionalidades principales respecto a cuando aparecieron: comunicación en campo, monitorización y control. La diferencia es que ahora, además de estas funciones básicas, se les exige ser la base de arquitecturas orientadas al dato, integrarse con sistemas IT y soportar entornos híbridos donde parte de la información se procesa en la nube.
En este aspecto, el SCADA pasa de ser una herramienta de supervisión y control a convertirse en un elemento central dentro de la estrategia de digitalización de la planta. Una evolución que se materializa con CONNECT, que amplía las capacidades típicas del SCADA tradicional permitiendo compartir datos de forma segura a nivel corporativo y explotarlos con analítica avanzada, modelos predictivos y optimización basados en inteligencia artificial.
2. La integración entre IT y OT en los entornos SCADA modernos abre las puertas a la digitalización en una fábrica. El SCADA ha dejado de lado, paulatinamente, aquella época en la que su única función era la de leer la temperatura de un reactor para monitorizarla y lanzar una alarma en caso de superar un límite; ahora, esos datos pueden correlacionarse con consumos energéticos, parámetros de calidad u otras variables de negocio. De esta forma, la información de planta adquiere un contexto mucho más completo, pudiendo explotarla para aplicar analítica avanzada o como input de modelos de IA orientados a incrementar, por ejemplo, la eficiencia energética.
Esta capacidad de extraer valor del dato se ve reforzada con CONNECT, que proporciona una infraestructura capaz de asegurar el intercambio de datos en tiempo real de forma segura, con control de accesos y alta disponibilidad. Gracias a ello se eliminan los silos tradicionales entre operaciones y negocio y se habilitan análisis corporativos mucho más completos.
Así, gran parte de los retos habituales de la convergencia IT/OT quedan cubiertos desde la propia plataforma, dejando en manos de las organizaciones la tarea de complementar esas capacidades con arquitecturas y políticas de seguridad que garanticen la continuidad del proceso industrial.
3. Hoy por hoy, un SCADA totalmente en la nube sigue sin ser la opción más indicada para procesos industriales críticos, ya que la disponibilidad y el tiempo de reacción continúan presentándose como requisitos fundamentales. En su lugar, lo ideal son los modelos híbridos, que mantienen el control directo del proceso on-premise y utilizan la nube para la parte de monitorización y analítica, donde resulta más eficiente gestionar grandes volúmenes de datos. En este esquema, el edge aporta la capacidad de apoyarse en analítica local para no depender exclusivamente de la conexión con el cloud.
4. El primer criterio es apostar por un software escalable, que permita crecer sin limitaciones en cuanto a número de señales, clientes o servicios, y que no obligue a rediseñar la arquitectura con cada ampliación. Igual de importante es que se base en estándares abiertos, de forma que pueda integrarse tanto con sistemas de control como con aplicaciones IT y de negocio.
En definitiva, se trata de elegir plataformas con recorrido probado, que no se queden cortas con el tiempo y que acompañen a la organización en su evolución digital, ya sea en proyectos de planta hasta despliegues corporativos más amplios.
5. Nuestras soluciones incorporan ya características de nueva generación que van más allá de la supervisión tradicional. Hablamos, por ejemplo, de la combinación de SCADA con CONNECT, un tándem que, tal y como os avanzábamos en preguntas anteriores, permite compartir datos de forma segura y controlada a nivel corporativo.
Sobre esta base, la plataforma integra asistentes con inteligencia artificial que apoyan la operación y facilita el uso de modelos de predicción y optimización para anticipar incidencias o mejorar la eficiencia de los procesos. Todo ello se suma a las capacidades clásicas de un SCADA robusto y escalable, pero con la ventaja de estar preparado para escenarios de analítica avanzada y colaboración en la nube.
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Este artículo aparece publicado en el nº 565 de Automática e Instrumentación págs 58 a 68.
En semiconductores, centros de datos, construcción naval, servicios en la nube y tecnologías marítimas
La próxima edición se celebrará el 28 y 29 de septiembre de 2027
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