Dotado con 1.600 millones de euros para siete años (2008-2015), el proyecto Clean Sky tiene como objetivo potenciar tecnologías para economizar el carburante y reducir las emisiones de CO2 y de óxidos de nitrógeno, así como la contaminación sonora en el transporte aéreo.
Se trata de un objetivo ambicioso, ya que los aviones del futuro, los que entrarán en servicio después del 2015, deberán expulsar menos de la mitad de CO2 y menos del 80% de Nox. “Este programa -afirma Janez Potocnik, comisario europeo para la investigación y tecnología- no tiene solamente una vocación medioambiental sino también la competitividad de la industria aeronáutica europea”..
La Unión Europea financiará la mitad de los 1.600 millones de euros, mientras la otra mitad correrá a cargo de una decena de grandes grupos privados, especialmente EADS-Airbus, Thales, Safran, Rolls Royce y Alenia.
Bajo el lema ‘Next-Gen of Automation’, Barcelona volverá a convertirse en el epicentro de la industria avanzada
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