Los nuevos retos que plantea la adopción de la IA, las mayores exigencias en materia de seguridad y las nuevas expectativas de gobernanza obligan a las organizaciones a analizar su infraestructura en la nube. Así lo destaca Kyndryl en su informe Cloud Readiness Report 2025, en el que participaron 3.700 altos directivos de 21 países, incluido España, y su encuesta sobre innovación en la nube.
Uno de los datos de este informe es que, aunque la computación en la nube se ha convertido en la columna vertebral de las operaciones empresariales, el 70% de los directores generales afirman que llegaron a su entorno actual “por accidente, más que por diseño”. Sin embargo, las organizaciones han aumentado el gasto en la nube en más de un 30% de media durante el último año.
“La diferencia entre una estrategia de nube reactiva y una deliberada nunca ha sido tan importante”, afirma Nicolas Sekkaki, Global Cloud Practice Leader de Kyndryl. “Dado que la IA exige un acceso fluido a los datos y que los requisitos de gobernanza evolucionan rápidamente, un modelo de nube híbrida es el factor diferenciador que permite adoptar con éxito la IA. Las organizaciones que diseñan pensando en la interoperabilidad, la confianza y la agilidad impulsarán la innovación continua e integrarán la IA de forma segura a gran escala”.
Según el informe, la nube híbrida y la multinube son ahora la norma: el 84% de los líderes utiliza intencionadamente múltiples nubes y el 41% está repatriando al menos algunos datos a entornos locales, equilibrando el control, el rendimiento y el cumplimiento normativo.
La IA depende de un diseño deliberado de la nube: el 89% de los líderes afirma que las inversiones en la nube han facilitado el uso de la IA, pero el 35% cita los retos de integración como uno de los principales obstáculos para obtener el retorno de la inversión. Las organizaciones recurren cada vez más a infraestructuras especializadas y optimizadas para cargas de trabajo de IA basadas en GPU, con el fin de equilibrar la potencia computacional con el control de los costes.
El informe subraya que la arquitectura define ahora el control de las empresas. Las empresas que abordan la nube como una capacidad estratégica e intencionada, alineando la infraestructura, la gobernanza y los datos, están en la mejor posición para integrar la IA de forma segura, cumplir las exigencias normativas, gestionar los costes y acelerar la innovación.
El auge de la IA agencial está impulsando este cambio. Las organizaciones están entrenando cada vez más modelos en nubes públicas para obtener escalabilidad y ejecutándolos en entornos privados para la gobernanza, combinando el rendimiento con la confianza. Las arquitecturas híbridas están surgiendo como la base inteligente que conecta los entornos públicos y privados a la perfección, lo que permite a las empresas equilibrar el rendimiento, la seguridad y el coste a medida que ponen en marcha la IA.
Además, la seguridad y la soberanía ya no son limitaciones, sino principios de diseño para la confianza y la interoperabilidad, esenciales para la empresa preparada para la IA. Los hiperescaladores globales están localizando la infraestructura para cumplir con las nuevas normas reglamentarias, mientras que las empresas están construyendo arquitecturas que permiten que los datos se muevan de forma segura a través de las fronteras y los proveedores.
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